Resulta difícil resumir las influencias artísticas que confluyen en el estilo creado por Versace. En líneas generales se reconoce la pasión del modista por la cultura grecolatina, el arte bizantino, el Renacimiento, lo barroco, el Neoclasicismo, el Art Decó y todo el arte contemporáneo, incluyendo, como no, la cultura popular americana. Todo ello acompañado de una estrecha relación con las artes escénicas –teatro, danza y ópera– en las que participó durante toda su carrera como diseñador de vestuario.
Desde las primeras colecciones, las formas del arte clásico griego y romano están presentes en sus diseños. Uno de los rasgos definitorios de la escultura de ese período de la historia del arte, especialmente del estilo helenísitico, es el tratamiento que recibe la indumentaria. Los pliegues y drapeados característicos de mantos y túnicas tienen un papel protagonista, fundiéndose muchas veces con el cuerpo en un intento por mostrar las figuras sin desnudarlas.
Telas y pliegues
Este arte de dominar la caída del tejido sobre el cuerpo femenino, arte en el que son maestros tanto Fidias, el gran escultor del Clasicismo ateniense, como Vionnet, la primera modista que usó el corte al bies para un vestido, fue revitalizado por Versace en su búsqueda incansable de nuevos efectos de drapeado. Por ejemplo ejecutándolos con tejidos metálicos para lograr resultados de una tensión dinámica nunca antes vista en la moda.
Además, el amplio abanico de motivos decorativos desarrollados en la Antigüedad, así como sus múltiples reinterpretaciones posteriores, es otro de los leitmotiv de la obra de Versace. Grecas, guirnaldas y palmetas, amorcillos, atlantes y cariátides, así como la legendaria cabeza de Medusa, icono identificativo de la casa, aparecen a lo largo de la carrera del diseñador sometidos a su estética inconfundible.
Madrid. 15 años sin Gianni. Museo del Traje CIPE.
Del 13 de julio al 14 de octubre de 2012.
Comisario: Juan Gutiérrez.