Tal y como se dicen en su presentación: "España ha cambiado tanto que hoy nos cuesta reconocernos en la mirada de esos otros, los que hoy vienen a nuestro país con idéntico propósito, con la misma historia a cuestas que, hace apenas unos años, portaron consigo millones de hombres y mujeres españoles. La desmemoria nos impide ver, en la mujer latinoamericana que trabaja en nuestras casas, a la "chacha española" del París de los 60, o en el inmigrante que nos sirve el café, al camarero español de los bares de Zurich".
La mitad, ilegales
No hay que olvidar, frente a tópicos no por más repetidos menos falsos, que en torno al 50% de aquellos españoles emigraron de manera ilegal y regularizaron su situación una vez en el país de destino. Hicieron los trabajos que nadie quería, se hacinaron en viviendas compartidas, cobraron menos que los nacionales y no pocas veces carecieron de derechos políticos y sindicales.
Tras pasar por varias ciudades de España, entre ellas, Madrid, Sevilla y Valencia, esta exposición itinerante llega a Zaragoza en versión reducida con el objetivo de recordar "lo que fuimos, un país de emigrantes, para que la memoria nos ayude a construir un país de acogida".
El poder de la imagen
La muestra se divide en cuatro apartados ilustrados con fotografías, paneles y audiovisuales en los que se relata la historia de la emigración española y del proceso migratorio en la actualidad: emigración a América, las migraciones interiores, la emigración a Europa y España como país de acogida.
La exposición y el proyecto de investigación que la respalda han sido merecedores de la Medalla de Oro de la Emigración del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Además, se ha publicado a propósito de la exposición un catálogo con 34 colaboraciones de prestigiosos estudiosos del tema.
Zaragoza. De la España que emigra a la España que acoge [1]. Centro de Historia de Zaragoza.