Uno nunca sabe qué es lo que se va a encontrar a partir de esa hora crítica en la que las calles comienzan a...
Corríamos al colegio envueltos en la luz amarilla de la mañana, entre legañas y sábanas pegadas. Nos gustaba señalar mapas antiguos y escuchar la...
El Gordo Villarroy, ese hijueputa, solía decir que el éxito con las mujeres se mide contando a todas las que han ido a tu...
La mujer se detuvo poco antes de llegar a la puerta. Fue como si la hubiese inmovilizado una sensación repentina de recelo o de...
La mujer que sueña con algo mejor espera a su marido en silencio, sentada a la mesa, con las luces del saloncito encendidas. Los...
…Algunas, antes de hundirse, dan dos o tres saltos cortos. Otras se pierden de vista en la bruma y las imagino llegando hasta la otra orilla… (Félix Bruzzone)
“¿Puedes venir a cortarme el pelo a mi casa? Es importante porque es el último”, me dijo por teléfono Don Lucio. Alguna vez me...
Echa un vistazo por la mirilla antes de salir, abre despacio la puerta (las bisagras conspiran contra ti), no hagas demasiado ruido al caminar...
La condesita había descubierto aquella pequeña mancha oscura una mañana en la que el reverbero del sol restallaba, por la luz cautiva del verano,...
Posada de la Rosa Roja, Pensilvania, 10 de junio de 1902. Admirado señor Wilson (o no sé si debiera decir querido James):
Un buen día te sientas a comer y, de repente, ya nada vuelve a ser lo mismo. Y la comida se queda sin tocar,...
Me gusta vestirme con faldas cortas y anchas. Lo hago para que la energía de la tierra pueda subir por mis piernas, pero eso...
En mi último viaje a Buenos Aires fui a visitar a Emilio Oster. A él le debo mi pasión por las matemáticas. Cuando lo...
Cuando Andi nos abrió la puerta –puerta nueva, blindada–, el nene me soltó la mano y se largó a correr por el departamento; estaba...
Contaba que venía de un lugar donde un lobo podía comerse a una oveja sin dejar rastro; donde se oía siempre el sonar de...